El Dr. Jorge Sebastián Lozano, profesor de la Universidad de Valencia, en su visita a la Universidad de Piura, explica las ventajas de la Internet en la gestión del patrimonio histórico.
Por Cristhian Rojas. 11 septiembre, 2014.Jorge Sebastián Lozano es doctor en Historia del Arte por la Universidad de Valencia, y director de la Fundación Mainel, organización que trabaja desde 1990 para el desarrollo y fomento de la cultura. Asimismo, investiga sobre la aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la difusión del patrimonio histórico. Durante su visita a la Universidad de Piura dio la charla “La gestión del patrimonio cultural en Internet”. ¿Qué oportunidades hay en el binomio Internet-cultura?
La idea de utilizar la Internet como medio de difusión del patrimonio histórico no es nueva. Sebastián explicó que ya en 1995 se realizaban los primeros intentos por difundir productos culturales a través de la red digital, pero fue un fracaso absoluto. El error: se creía que las visitas a los museos o a los centros culturales se detendrían. Explicó que no se tomó en cuenta que la experiencia presencial y la remota -digital- son distintas, y que debían ser complementarias.
Un nuevo paradigma
Sin embargo, en la actualidad, cada vez es más frecuente el uso de la Internet en la gestión del patrimonio. Las posibilidades son varias: exposiciones digitales, la creación de rutas o mapas utilizando el geoposicionamiento, o la utilización de líneas cronológicas.
Asimismo, en opinión del Dr. Sebastián Lozano, lo digital no tiene los condicionantes físicos y temporales de la experiencia presencial. “El usuario de una experiencia presencial no, necesariamente, va a volver, quizá porque es un viaje largo. Pero si tienes un visitante (por Internet) que vuelve a tu sitio puede convertirse en usuario frecuente, registrado”, explicó.
Según Sebastián, es importante también tener en cuenta la medición, “porque todo deja huella (en la Internet)”. Esto a pesar de que el comportamiento de los usuarios digitales sea más complicado, anárquico. Ejemplificó esta idea con el caso de un usuario que “descubre” un libro en el trabajo, pero puede concretar la compra en su casa, desde una tableta.
Rentabilidad
Pero, ¿es rentable ofrecer productos culturales de manera digital? “Cualquier museo que ha hecho exposiciones tiene, como mínimo, la mitad de su colección fotografiada en digital, luego hacerla accesible es sencillo”, comentó. Después, publicarla y hacerla disponible a través de la Internet, tiene un escaso costo.
Sebastián añadió que no hay un retorno inmediato tras realizar acciones en medios digitales, pero la visibilidad que se genera es importante. Y es que, según el docente, todo repercute en el comportamiento de los usuarios que llegan a los museos y pagan un tique.
Otras oportunidades
El diálogo que se entabla con los usuarios digitales también es provechoso para las instituciones culturales. El doctor en Historia del Arte mencionó el caso de una fotografía en Flickr con una fecha errónea y que, gracias a los comentarios de los usuarios, se pudo corregir. “Te encuentras con que el usuario está corrigiendo al catalogador, al especialista”, mencionó.
Para él, las oportunidades de participación de los usuarios son fundamentales y tienen que ser aprovechadas. “Si yo soy responsable de este patrimonio y llega alguien que sabe más que yo, claro que quiero interacción con esa persona, que juegue con mis contenidos”, finalizó.